Metodologia
En los distintos ámbitos de decisión escolar, son muchas y distintas las alternativas que pueden tomarse respecto a los principios de intervención, los objetivos que conseguir y la organización del trabajo.
En Educación Infantil, y para afrontar las cuestiones del aprender a aprender y de las estrategias del pensamiento, nos hemos marcado entre otros los siguientes objetivos:
- Aprender a diferenciar entre niveles de conocimientos: fantasía/ realidad, pensamiento/realidad.
- A partir de las estructuras del proceso intuitivo, elaborar representaciones de la realidad que tengan en cuenta diferentes contenidos.
- Iniciarse en la utilización de diversas fuentes de información.
Estos objetivos deben poder ser concretados y llevados a la práctica en diferentes momentos dentro de las programaciones del aula y de la organización de la clase.
Enseñar y aprender
"Es importante no identificar mecánicamente enseñante con maestro y aprendiz con alumno. En determinadas ocasiones o trabajos, un niño puede ser enseñante de otro. De la acción de un niño o de la acción compartida entre el niño y el maestro con el objeto de conocimiento, el maestro puede aprender mucho."
La intervención del adulto
Respecto al primer punto, constatamos que las respuestas de los adultos delante de los niños y las niñas acostumbran a ser diferentes, en función de los criterios que las fundamentan y rigen:
- La inhibición por diferentes motivos, considerando que el niño es pequeño, que no lo entenderá, etc.
- La repetición de verdades absolutas, tanto afirmándolas como negándolas.
- La intención de establecer un diálogo constructivo, escuchando las opiniones, conteniendo las demandas, interpretando, cuestionando, aportando una nueva información que permita reconducir los puntos de partida.
- ...
Respecto a la organización del trabajo, debemos crear situaciones colectivas, individuales, en pequeños grupos, para garantizar la comunicación, el intercambio..., y por lo tanto el aprendizaje.
En nuestro caso, concretamente en Educación Infantil, consideramos tres momentos organizativos distintos:
-Los proyectos de trabajo
-Los rincones
-Los talleres o materias
Los proyectos de trabajo
Se trata de crear situaciones de trabajo en las que los alumnos puedan, a partir de un planteamiento inicial (relacionado con sus conocimientos previos), buscar información, seleccionarla, comprenderla, relacionarla a través de diferentes situaciones, para convertirla con posterioridad en conocimiento.
En la elaboración de un proyecto de trabajo destacaríamos las siguientes fases:
- Fase de elección y organización: motivación, actitud favorable, implicación, argumentación.
- Fase de relación con la información: búsqueda, análisis, contraste, relación, interpretación,... para transformar la información en conocimiento.
- Fase de síntesis y evaluación:
- Elaboración de un dossier individual del trabajo realizado.
- Evaluación del proceso en relación a los objetivos marcados.
- Valoración del trabajo y decisión de posibles nuevos puntos de partida para el próximo proyecto.
Dentro del proyecto de trabajo hay diferentes momentos en los que estamos ayudando a pensar. Uno de ellos sería el de la elección del tema; otro, la organización del índice o la decisión sobre qué queremos trabajar, qué es lo que ya sabemos y qué es lo que hemos aprendido; otro momento se establece en relación a la búsqueda, tratamiento y presentación de la información; otro más, en los diálogos pedagógicos, creando y recogiendo -por parte del adulto- situaciones paradójicas, de comparación, de complementación, de exclusión, de contradicción, de simulación, de representación,.
Los rincones
El trabajo es individual o en pequeño grupo. Los rincones pretenden favorecer:
- la autonomía personal
- la organización del trabajo
- la toma de decisiones
- la relación y comunicación
No es un espacio de introducción de nuevos contenidos sino de utilización de recursos conocidos y trabajados.
Los niños y niñas de la clase participan, proponen, aportan material y colaboran en la decisión y organización de los rincones.
El contenido se centra principalmente en aspectos curriculares de las áreas de Lengua, Matemáticas, Plástica, Habilidades motrices y en el juego.
Las actividades que se organizan tienen en cuenta diferentes criterios:
a) El momento evolutivo del grupo. Partimos de trabajos poco estructurados y más lúdicos para pasar paulatinamente a un conjunto de actividades más específicas.
b) Búsqueda de materiales necesarios, por parte de la maestra y de los alumnos.
c) Distribución del tiempo y duración de las actividades.
d) Seguimiento y control de las actividades y sus participantes mediante una hoja de control cumplimentada por los mismos alumnos.
Los talleres o materias
No todos los contenidos disciplinares han de estar relacionados con los proyectos de trabajo. Por lo tanto, mantenemos unos espacios que se dedican a la organización de talleres específicos (lenguas, matemáticas, plástica, psicomotricidad, música,...) que tienen una entidad propia.
La responsabilidad del taller es del enseñante, aunque el contenido y el objetivo sean compartidos por todos. Es el maestro el que conecta el contenido del taller con la programación general del curso.
La relación entre proyectos y talleres es posible pero no indispensable. A menudo, la relación queda centrada en la utilización (funcionalidad) de algunos aspectos de las materias con los temas (proyectos).
Los objetivos de los talleres se formulan en función del proyecto curricular del centro y de la planificación que el propio maestro haya previsto en el tercer nivel de concreción. El planteamiento esquemático organizativo va desde lo más general y simple a lo más detallado y complejo. Éste es el mismo esquema que se sigue en los proyectos.
Elección del tema
Surge pues la necesidad de escoger un nuevo objeto de estudio, un nuevo tema. Es necesario que el adulto explicite la necesidad de tener un tema en común sobre el que queramos saber cosas y que nos ayude a aprender y avanzar.
En cada caso, y según las distintas variables que confluyen, el proceso de elección de un nuevo tema será diferente.
Habrá que potenciar siempre la comunicación entre los alumnos y el maestro para compartir los objetivos y todo el proceso de trabajo.
El azar hizo que nos llegara a clase una tortuga de tierra con el caparazón roto, seguramente caída de un balcón vecino.
La respuesta a esta situación inesperada fue unánime:
-¿Cómo la curaremos?
-¿ Qué le daremos de comer?
-¿Dónde vivirá?
Teníamos un problema, Gara, así llamamos a la tortuga, estaba herida, era necesario cuidarla y no sabíamos cómo hacerlo: ¡Trabajaríamos las tortugas!
En toda secuencia de aprendizaje hay decisiones que corresponden unas al maestro, otras a los alumnos y otras que son conjuntas.
En este momento, una vez decidido el objeto de estudio, es el maestro el que debe especificar los objetivos de aprendizaje y seleccionar los contenidos que prevé trabajar.
Es fundamental que esta anticipación sea flexible y abierta, ya que se irá definiendo a medida que avancemos en el proceso, teniendo en cuenta las intervenciones y las respuestas de cada uno de los alumnos en particular y del grupo-clase en general y en función de las aportaciones de las múltiples fuentes de información.
Objetivos
- Participar de forma activa en la dinámica de trabajo.
- Saber pedir ayuda. Ser capaz de aceptarla.
- Ser consciente de sus preferencias, intereses y emociones. Poder comunicarlo.
- Mostrar interés y sensibilidad ante las informaciones.
- Tomar conciencia de distintas formas de aprehender la realidad.
- Agrupar y denominar por atributos y por criterios de funcionalidad: qué es y cómo se define.
- Introducirse en el sentido funcional de la clasificación de objetos y atributos.
- Actuar sobre los elementos que configuran el marco natural y ver cómo reaccionan.
- Captar, observar, reconocer y denominar las cualidades y características morfológicas y funcionales del marco natural.
- Relacionar elementos por la similitud cualitativa.
- Comparar objetos anticipando intuitivamente sus relaciones. Planificar acciones para realizar una experiencia.
- Constatar y verificar resultados. Razonar las situaciones, los procesos previos y avanzar posibles modificaciones.
- Anticipar un conjunto de acciones necesarias para conseguir un objetivo, comprobar el resultado y organizar de nuevo la acción para rectificarla si es necesario.
- Iniciarse en el vocabulario científico sobre la atribución de objetos y hechos.
- Aplicar las nociones de orientación estática y dinámica.
- Conocer las propias posibilidades y los propios límites en relación al espacio, al tiempo, a las funciones y a la relación que les vincula en las representaciones reales o fantásticas.
- Reconocer y utilizar el lenguaje plástico como instrumento de comunicación, para representar la realidad y el mundo imaginario.
- Saber utilizar los utensilios necesarios, tanto escolares como domésticos.
Desarrollamos el proyecto de trabajo sobre las tortugas fundamentándonos en la idea de globalización entendida como la forma de relacionarse con los saberes, bajo una concepción constructivista del conocimiento.
El proyecto Las tortugas se enmarca de manera específica en el área de Conocimiento del Medio, por lo tanto los contenidos tendrán un peso importante en esta dirección. De todas formas, y dado que el tema lo requería, hemos trabajado contenidos correspondientes a otras áreas.
Elaboración del guión de trabajo y Cómo planteamos la evaluación
Planteamos la evaluación en un doble sentido: Por un lado, conocer y situar al alumno ante su propio proceso y en relación a las expectativas del grupo. Por otro lado, recoger información para poder valorar si la secuencia de aprendizaje ha estado bien elaborada y, por lo tanto, dar referentes para analizar la práctica educativa del propio maestro.
Teniendo como referencia este sentido y recogiendo los distintos momentos evaluativos, dentro de este proyecto la evaluación queda concretada así:
1. Evaluación inicial. Conocimientos previos. En este caso, a través de conversaciones, los niños y niñas explicitaron qué ideas tenían, qué querían trabajar.
Anotando, controlando e interpretando las aportaciones de cada niño y niña dispondremos de la información necesaria para construir a partir de cada uno de ellos. La recogida y posterior análisis del material nos permitirá poder decidir y valorar la adecuación y conveniencia de la secuencia planteada.
2. Evaluación formativa. Observación sistemática de las actividades realizadas. Transcripción e interpretación de gran cantidad de conversaciones y sesiones de trabajo. Valoración y contraste del trabajo realizado después de cada sesión que nos permitirá ver la evolución de cada individuo.
3. Evaluación final. Teniendo en cuenta:
- evaluar los tres tipos de contenidos,
- integrada dentro del proceso,
- trabajada anteriormente en clase,
- prever las posibles respuestas de los alumnos,
- pensar formas de corrección que nos den la máxima información.
Consideramos que para el alumno de Educación Infantil aprender a pensar supone un proceso que posibilitará una mejora en la conciencia de su aprendizaje. Haciendo un esfuerzo de síntesis especificaríamos que este proceso tendría que pasar por:
1. Ir adquiriendo habilidades y destrezas para conocer su forma de aprender.
2. Ser capaz de elaborar y planificar estrategias personales para resolver un problema, siendo consciente de los medios que ha utilizado para llegar al final.
3. La posibilidad de trabajar y relacionarse con la información, conociendo su estructura y buscando conexiones sustanciales con otras informaciones que ya tiene asimiladas. Esta forma de relacionarse con la información comportará más adelante el poder ser crítico con ella.
4. Potenciar la autonomía del pensamiento y también de actuación.
5. Ayudar a evidenciar que pueden haber diferentes posturas, opiniones, respuestas válidas ante situaciones abiertas. Será, entonces, un ejercicio de flexibilidad y tolerancia.
En el mismo sentido, a los maestros debe comportarnos asumir formas de analizar nuestra práctica que nos permita:
1. Investigar y conocer qué estrategias de aprendizaje utilizan los alumnos ante diferentes actividades de aprendizaje.
2. Comprender las diferentes posibles respuestas ante diversas situaciones de trabajo.
3. Poder interpretar estas respuestas anticipando nuevas acciones.
4. Entender la diversidad dentro de la definición de una educación para todos y partiendo de la idea de que la realidad es diversa en sí misma. Será, pues, un ejercicio de respeto y potenciación de la individualidad.
5. Valorar la importancia de la interacción constante con el grupo-clase buscando formas y momentos en los que se potencie esta interacción.
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